viernes, 17 de octubre de 2008

Pasional V


Duelen en lo profundo las decisiones que tomamos sabiendo que el daño es inevitable. 

Entristece saber que la incomprensión caerá sobre ti aún cuando seas quién más pierde con los pasos dados. 

Nadie encontró el bebedizo mágico que convirtiese en fáciles las complicadas relaciones humanas
Y sentimos, y vivimos, y damos, recibimos… y el balance de resultados siempre se escora de alguna manera dejándonos con la impresión de ser nosotros los que perdemos en la transacción sin pararnos a pensar que alguien entonces debe llevarse ese plus como beneficio. 
La lógica, si la hubiese, de la estadística nos indica que alguna vez seremos los afortunados, pero es difícil encontrar la satisfacción personal.

Somos eternos buscadores de la nada mental, de deseos cuyo origen es inútil buscar, de vivir el momento o sembrar para incierta cosecha recolectar. 
Y la nave va… a trompicones y sin escalas, rígidas normas o demasiadas paradas, por donde queríamos ir o a empujones y direcciones forzadas, sin plan preconcebido y la lección bien aprendida de casa, todo tan complicado que a ratos desconcierta la razón que, ya perdida, cree aún poder decidir cuando realmente el control hace mucho se perdió.


Aquí estamos, aquí estoy, he llegado y debemos seguir.

 

Un respiro… y a vivir.

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