jueves, 9 de noviembre de 2006

Posibilidad, ser, sueño


Reposo indefenso, dormido como un niño que aún no sabe los sueños interpretar, a merced de las fieras que por estas tierras suelen su sustento buscar.

Pero la infancia ya queda muy atrás, en los lejanos tiempos en que todo en el alma era paz porque la inquietud no ha encontrado su lugar, sin sentido la vida tendrás que encontrar, catarsis mental, física, real.

El viento que ruge en la oscuridad, los minutos avanzan en el mundo convencional, el tiempo es dimensión que a tus medidas has de juntar, eso es tu realidad, diferente de la mía y de la de los demás, sólo si lo piensas de verdad pues de lo contrario a callar, como gente buena que oculta lo que opina en realidad para ajustar sus ideas a lo que se puede esperar de alguien predecible y formal, adecuado para el puesto que se tiene que ocupar, la opción preferida, puede que no sea la ideal, pero como un guante encaja en el patrón definido, no hay que dudar, la realidad más tarde lo tendrá que demostrar pero creo que divagamos más de la cuenta sobre un tema sin trascendencia para alguien que sumido en brazos de Morfeo está.

Soy yo, y mi existencia, onírica, que me lanza a la dimensión más espiritual, aplaca la sed de vida inmaterial, complace la necesidad de reposo y descansar, es el pozo de promesas en cuyas aguas bucear, aquello que deseas, oscuro y a lo lejos el límite podremos alcanzar, se presenta de colores y blandito, en sus aguas ahogados nos desenvolvemos como peces asustados, en praderas de colores verdes solapados, cromatismo desbocado, la quietud del pasado se materializa en una brisa suave, olor salado, reminiscencias del mar lejano, si vienes te estaré aguardando, se me hace tan cuesta arriba el ir tirando si no me das tú ánimo que parece imposible idear sin ti mi relato, la petición tras la moneda que cae hasta el fondo, como si el destino pudiese manejarse a golpe de intención saciada, las especies en peligro a salvo de mi destructor afán por progresar, percibo como zarandean mi cuerpo seco, abandonado por mi espíritu, a merced de su devorador apetito, muerte que genera vida, y ese prisma que deshace la luz en mil matices, que no se si será más real mi percepción o su análisis frío una ilusión, que tal vez ninguna postura encierre la razón, la lógica no es nada ante tu presencia, ante tu tirón, vitalidad desgajada del árbol de la ficción, los frutos son carnosos, en tus labios el calor, las semillas que germinan en el manto de los bosques, turba cálida, clamor de aves escondidas en animada conversación, se alimentan de mis dudas, me observan sin yo verlas y el calor, para latitudes más lejanas lo quisiera yo, de contrastes todo hecho y así es mejor que uniforme es el final, la energía residual generar universos nuevos no podrá, el límite sobrepasado ya está, la sentencia del suicidio, pecado mortal, en referencia a qué sistema le diría por favor me explicara usted la duda que ya no sigo el argumento que empezó, sin los delirios de la mente que aburrido es el guión, nos perdemos en su magia y todo tiene solución, hasta ese teorema que, anatema, te aturdió.

Es preciso este sistema, el hambre saciar mientras pierde tu cuerpo humedad por los rayos templados que le hacen reaccionar, desperézate cariño que nos vamos a nadar, le dijimos a tu espejo dónde estaba aquel lugar en el cielo, lejos, cerca, donde sabes disfrutar, pero rápido, que ya es tarde si debemos madrugar, decisiones que pospongo por tenerlas que afrontar, la mochila preparada, afilado mi puñal, tus reclamos preparados, nos apremia el temporal, luz tenue, sal de mar, infinito allá en el frente que hoy quieres explorar, vamos, partamos ya...