Sintiendo ese leve rumor, acalorado,
preludio del amor aún no saciado...
preludio del amor aún no saciado...
La cratera a punto está, no has de beber de esa copa llena de lágrimas envenenadas que la muerte apresuran...
Que se deleite el cuerpo, ni una sola gota derramada.
Sedienta angustia del alma, bajo tierra se escurre, queda olvidada...
Me encontrarás abrazado, indefenso, al cálido perfume de tu esencia en mi almohada...
Con qué delicadeza manchan tus palabras...
ResponderEliminarToda la tierra se abre y gime al verte vivir al limite buscando la eternidad en el tiempo de unos besos tan callados, que por ellos cruzaste el límite de la realidad, haciéndote más limpio y puro en el mundo de los delirios, donde la belleza de una pureza en barbecho se proclama la hija pródiga de la verdad por buscar el sonido del silencio entre los abrazos y el griterío de los hijos de la angustia.
ResponderEliminarAquel hijo puta que agredió un día ultrajando la sensibilidad de unos secretos tan cuidadosamente guardados, que tras miles de mentiras creó leyendas a su paso y del cual ya nunca no encontré rastro ...y cómo pude olvidé, y olvidé que existieron para intentar seguir viviendo, robando olas al mar y nubes al cielo y en mi jardín, que con tanto y tanto celo y esmero guardaba, cada día te dejaba una rosa para que te hablara de aquellos tiempos , te susurrara, y el silbido del viento entrara en tu alcoba al caer la noche y cuando los sueños te envolvían en su aletargado mundo.
Y...te acompañaba y me dejaba querer, para saber de ti, de tus sueños delirantes y de tus vidas, amores, promesas, palabras dichas y silencios entendidos o maltrechos, su ritmo y sus cadencias, el olor del tono del temor y la risa de tus decires y aquí sigo queriendo no ser presa del miedo al no decir lo que mis palabras me delatan sin sentido, pero con tanto y tanto afanoso sentimiento me destapan mis tercas palabras y mis lentos silencios en un impulsivo momento.
La noche es bella estrellada, más hermosa todavía, cuando oscura, te invita a ver sólo aquello que tu corazón te incita tímidamente a palpar en sus más escondidos secretos.
Hojarasca, versos de un pasado, sueños de un milenio, duendes y brujas en conjuros y fuegos.
Profano tus labios encendiendo un fuego en los mios,
ResponderEliminarcaricias de plata en busca del país de los lirios,
incienso traído de mares de plata, países lejanos,
fragancias tempranas muriendo de livianos anhelos.
Puedes con las palabras construirme un mundo entero,
pero sólo mi devoción, como en mi ignorancia
me atrevo a desear en silencio
el liviano atardecer en un día de lluvia
y el descanso venidero tras tanto sol que quema y quema
y tras tanta nota perdida en el viento.
Mis venas, henchidas de prohibidos deseos,
rescatan palabras muertas o inventadas para el invierno,
y con ellas caliento mi cama,
cuando mi corazón está frío de anhelo.
Al escribirme te quiero en tus palabras nacido,
lento cuerpo que levanta tras el invernar incierto.
y como el ave fénix, mil y dos mil veces resucita,
guardando los arañazos del silencio como promesa,
de un alma perdida y mil años venideros.
El hielo y el fuego me liberan de una apatía desmedida,
pero no encuentran los suspiros de armonía que anhelan y desean.
La perífrasis de la ansiedad suscita muertes
entre las gloriosas vendas de cielo
que tejen desde mi corazón las marismas de un escondido océano.
Tus palabras son luceros, o mejor tu entendimiento al vuelo
de los mil y uno suspiro que desde aquí dentro,
yacen en sepultura cuando en mi mundo me envuelvo,
y tras mi velo opaco y duro lucen dos ojos nuevos,
que renacen a la vida como si fuera un reencuentro.
Cómo se pasa la vida,
cómo suspiro por ser yo enteramente consciente
para no ser triste dueño
de vacías sensaciones y sueños que no son sueños.
Te entiendo porque te escribes con mayúsculas, al cielo
porque liviano vuelas entre tanto muerto y muerto
y porque para ti la vida, la sabes como a un huerto
llena de mil sabores, colores y tantos desvelos
que a fin se nos hagan maduros, sabrosos, y lisonjeros,
podamos disfrutar de todo lo etéreo,
que en el mar de esta vida aún nos está por llegar y no es cierto.
Hoy, hoy, hoy hoy…
déjame acaba en el hoy,
presente del presente en el que vivo y muero,
con el que cuento olivos y olvidos al ser presa de otros reinos.
Me gusta sentir el balancín de tus palabras
sobreponiéndose y acariciando las mias
las mías, por decir y hacer,
creando un nuevo lenguaje de signos y sueños, de siglos y versos
…y antes de dormir cierro el baúl de estos …nuestros suspiros,
guardando en él el último que tras tus suspiros se escaparon entre los míos.
Tu voz me guíaba a través de los cantos de sirena que, confundiéndome, pretendian ahogar tus palabras. Encerradas en ellas las claves que tan difícil me resulta siempre descifrar. Araño mi piel preso de la desesperación al sentirme indefenso y frío, tiritando de dolor, intentando comprender el error que una y otra vez me hace caer. Y la torre en la que moras parece crecer mientras mis fuerzas desfallecen...
ResponderEliminarNo he de dar por perdida la batalla que logre vencer esta guerra interior que se libra en mi. Y seguiré contruyendo torpemente mundos etéreos en los que podamos vivir, porque sé de la soledad de largos inviernos esperando, arropado en tibias sábanas que solo enredan los sueños, agotando las lágrimas de mis ojos pensando en ti.
Yo quiero sentir el roce de tus manos, acompasarme al ritmo de tus pies en este baile tierno, aspirar el perfume de tu pelo al viento, que nunca acabe este momento, que el hoy sea eterno...
La melodía marca un dulce tempo, los sonidos llegan a mi desde lejos, te siento... si has de cerrar el baúl espera un momento para que este suspiro... encuentre en él su hueco.