Copos caen lentos, suaves, fríos, silenciosos, humedecen mi piel y tapizan de blanco la piel del mundo. Los sonidos amortiguados ponen paz en mis oídos, camuflan mis pisadas, embriagan mi alma. Quietud espiritual. Paisaje nevado. Sueños. Regalo.
La naturaleza nos sorprende abrazados, en busca de ese calor humano que amamos, la lluvia de cristales mirando desde el cálido nido de tu regazo. Los días pasaron y aún seguimos caminando, las noches son largas si no estás a mi lado, tu ser me fascina, tu existencia me reconforta, tu presencia de luz acogedora me inunda.
El invierno asoma a la vuelta del mañana, presiento su temida crudeza, me refugio en tu amorosa realidad, burlamos juntos el destino una vez más.
La sonrisa que dibujas en tu rostro al hablar me acompaña ahora al volverla a recordar, conversamos juntos en la terraza de aquel bar, la noche que ya cae y tu reflejo de temblar, te cubro con mis ropas, eres mi tesoro que guardar, el principio de mi universo y su final, la razón que me impulsa a continuar, el sueño prohibido que deseamos todos alcanzar, la felicidad prometida en la lejana infancia, la estabilidad emocional, la orilla dulce de una isla en que arribar. Tu cabello deseo acariciar, enredado en su sedosa suavidad tus ojos observar, escuchar tu voz dulce, en silencio amar, unidos. Descansar.
Llega el día al despertar, escapan los confusos sueños, continúa el ritmo loco de la vida de verdad, las prisas, obligaciones, el estar, comedidos y correctos, en la justa medida, la legalidad, compromisos, a fichar, llega el turno de descanso, vuelta a empezar, agobios, no te pases, trabajar, esmérate un poco, otro día más, puntual, preciso, cabal, autómata, siempre igual ...
Un paraíso donde morar, oasis de felicidad entre desiertos de desdichada gente, mi edén particular, tú y yo, las estrellas como hogar, el cielo como camino, la dicha como final.
Los momentos que pasamos ahí están, recordando a nuestras vidas que el presente puede mejorar, que los anhelos podemos alcanzar, senderos para explorar, objetivos por los que luchar, el mar embravecido surcar, la calma que sucede a las tormentas se desliza entre los rayos de sol explotando en arcon iris turbador, siento ganas de hacerte el amor.
No preguntes, déjate llevar, en ti yo busco la fuerza que me das, confianza en el amor como timón que ha de guiar los pasos decididos al futuro entre tus brazos que no dejo de idear ... Serenidad, minutos de paz, en el cielo una estrella fugaz, un breve momento que me hace pensar que quizás te pido mucho sin nada a cambio para dar, que mis deseos los tuyos no sean puede pasar, como la vida misma, que no sabes por donde ha de evolucionar, ni el sitio que en su circo te aguarda, o el desenlace que su continuo avance te prepara, flujo sin fin, esperanza, la verdad no existe en el mañana, es hoy o no es nada. Te quiero, ahora.
El agua me empapa, los pensamientos que te cuento me han detenido en el tiempo, ahora recuerdo, nieva, la mágica claridad me devuelve a la realidad, mi soledad. Es bonito el planeta cuando se expresa como hoy, llorando lágrimas blancas que se funden con mi piel, que refrescan el manto vegetal, que me hacen olvidar que lo que tengo no es todo lo que me gustaría alcanzar, incitándome a luchar, todo llegará .... , mientras, déjame apurar un instante más este momento singular, el mundo que es mi hermano contemplar, su presencia y mi vida, líneas paralelas de materia similar que se observan en silencio mientras del cielo que a ambos nos cobija copos caen lentos.
Te quiero ahora....Dentro del corazón esas palabras son para siempre.
ResponderEliminarCopos caen lentos, pero pronto se derriten en la cálida piel...
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