(Captada con la cámara iSight integrada del iMac)
jueves, 22 de marzo de 2007
jueves, 1 de marzo de 2007
Niebla de palabras
Luminoso enigma acompasado, diluyes las sombras con tu luz.
El miedo en el amor como reflejo del temor por su siempre amenazante pérdida.
Qué bello sería poder caminar esas aceras que prometen dirigirme hasta tu particular infinito para allí morar al abrigo de tu calor.
Cuéntame como un pasajero más en este viaje dulce hasta tu cuerpo.
El miedo a lo desconocido lo combate la esperanza de lo que conoceré, de lo que tú me enseñarás.
El miedo a embarrancar desaparece ante la evocadora promesa de una acogedora morada.
Sigo la estela de tu sombra…
Me demoro con tu sabor, me acompaso en la suavidad, fundidos en deseo, irrealidad...
En las madrugadas certeros arponazos me han vuelto a alcanzar.
La tentación es más fuerte que el miedo al dolor, a quemarme en el fuego abrasador, al fracaso, al desamor…
Dominar bien el timón, manejando en aguas turbulentas, de tormentas olvidadas, brasas avivadas…
Un pájaro asustado en la ventana, el dilema es muy grande... utilizar o no sus alas.
Cobijados ambos por la misma luna…
Siempre oculta a mi mirada que escruta, la maldita no permite que descubra tu presencia, yo perdido aquí también me encuentro, al borde de la desesperanza, con mi corazón agitado que te llama.
Corazón que desea ser fundido y destrozado hasta el éxtasis revelador. Irremisiblemente condenado por sus ofensas, a su alma piedad suplica, al recuerdo de las sombras de felicidad se aferra esperando la compasión que no llega.
Así la historia acaba, al amanecer de una nueva mañana, el frío del relente arañando el alma, cielo que protege de los dioses y sus garras, el amor desparramado como el agua de tus manos escapa, el filo asesino de metal, su hoja te rebana, ejecutado alcanzas la calma.
La niebla de palabras que se larga, y yo abandonando el barco porque una sirena me llama.
Hasta siempre...
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